En un evento que subraya la imprevisibilidad y el peligro inherente a las carreteras, bomberos de la Quinta Compañía de Coihueco, región de Ñuble, enfrentaron una dolorosa realidad en el lugar de un accidente vehicular. Lo que empezó como una respuesta de rutina a un choque frontal, se convirtió en una tragedia personal al descubrir que una de las víctimas era integrante de su equipo.
La víctima, Ana Vásquez Cofré, de 31 años, servía valientemente como teniente y era conocida por su dedicación y amor hacia su labor y su familia, especialmente su hija de dos años. Este infortunado suceso no solo deja un vacío en su estación de bomberos sino también en el corazón de su familia.
“Los bomberos lógicamente van a ciegas, no saben con qué se van a encontrar o quiénes son los involucrados”, dijo el comandante del Cuerpo de Bomberos de Coihueco, Carlos Figueroa en entrevista con LUN.
“Ella ingresó a Bomberos el 10 de octubre de 2015. Fue una de las fundadoras de la Quinta Compañía que se formó en esa fecha”, explicó el comandante Figueroa.
“Anita se desempeñó con mucho entusiasmo, mucha voluntad, para poder dirigir de buena forma los destinos de la compañía, mejorar las instalaciones del cuartel y poder tener las mejores condiciones para sus bomberos”, agregó la autoridad.
El impacto de este suceso se extendió rápidamente por la comunidad, destacando los riesgos diarios a los que se enfrentan los primeros respondedores. Ana, que estaba fuera de servicio y acompañada por su hija en el momento del accidente, deja una huella imborrable en aquellos que conocieron su espíritu altruista.
La comunidad bomberil y local se han unido para brindar apoyo a la familia de Ana, resaltando la solidaridad y el compañerismo que caracteriza a estos héroes cotidianos. Asimismo, se han iniciado servicios de apoyo psicológico para aquellos afectados directamente por el incidente, reconociendo la importancia del cuidado mental en situaciones de crisis.